Monday, February 23, 2009

CAUSE THEY'RE all SPIES

Thursday, February 19, 2009

MEET POSTER BOY (O EL CHIVO EXPIATORIO)
ON WE ALL ARE POSTER BOY FOR WE ALL HAVE CUT SHIT ADDS IN THE SUBWAY





Thursday, February 12, 2009

on the last day

on the last day
and on the fucking way down...
me esforcé tanto
por aprender a leer
en mi llanto
PIZARNIK

Wednesday, February 11, 2009

jajaja, nunca y nunca elevado al infinito

Saturday, February 7, 2009





en sucesión y con un poco de coca en el alma...

Thursday, February 5, 2009

Suelo no escribir directamente desde la ventana o página del blog, soy hipócrita, lo sé, pues soy poeta, je. Alguien decía que no era sinceridad y me atengo a eso, sin embargo no me gusta tomar esto como un confesionario en mis horas de dios flatulento. Detesto los blogs donde la gente se pone a hablar y hablar y nadie les hace caso, repentinamente entramos en ellos y si estamos de humor les hacemos un poco de caso, sólo un poco. Hoy pensaba escribir una carta en español a un amigo argentino pero al final todo se quedó en un libro nuevo que encontré en la bilioteca de Brooklyn, las cartas de Allen Ginsberg y que por supuesto ya contaré como propio. En fin, el sueño también contribuyó a apagar la idea de una carta y es que caminé hasta Park Slope, en el negocio de un coreano que arregla lap tops y resulta que no tiene remedio, así que a tirarla y comprar otra, sólo que tampoco estoy de humor para aventurarme en una de las tantas tiendas neoyorquinas donde venden máquinas. ¿Qué? ¿Le estoy robando el carácter gélido al blog? Acaso en mi inconsciente desee que me lean, que volteen so rostro hacia mí y que me lean. Por eso mentía Kafka y por eso mismo mentía Pizarnik. Por cierto, el martes próximo será mi último día en Princeton y después no sé qué pasará, todo es tan extraño aunque siempre me he considerado un experto en mudanzas. Ya!
Perdí el hilo de la razón de esta confesión, ya lo encontré.
Ayer bajó la temperatura de forma brusca, cuando salí de casa no me fijé en el pronóstico del tiempo y estuvo muy mal pues lo claro del día y el sol, hasta eso es falso aquí en New York, hasta el sol es bien falsote. Pues sólo me abrigué con la cosa esa gap azul que casi nunca me quito y que ya debería mandar a la tintorería pues en unos días más caminará sola. Ayer fue un día especial, ayer, no quiero dar muchos detalles, pero ayer, estando en los pasillos de poesía alemana por fin hubo algo que llamaré como acercamiento profundo; yo había subido al segundo piso pues andaba obsesionado con más biografías de Rimbaud pero de su parte en África, y desde entonces me di cuenta que me había seguido, horas después de nuevo en el primer piso iniciamos el cortejo cerca del lobby de la zona de lenguas y literatura pero después todo fue confuso, recuerdo que el libro de Rimbaud caía y que se acercó y me besó, su mano derecha sujetaba mi cabeza y su mano izquierda exploraba o al menos se aventuraba a la difícil tarea de mis interiores (hay que recordar que es invierno en una de las ciudades más gélidas del mundo y que es saludable usar más de una prenda, ya sea pantalón o camisa). Pero puedo hacerlo, sentí y percibí amplia experiencia de su parte al meter su mano y llegar de inmediato a mi zona marginal.
Y después todo fue su cabello castaño rizado, la poesía y la tristeza de sus ojos y dos horas después todo era como un sueño, entre pesadilla y felicidad. No entiendo nada, no entiendo su llanto al leer a Paul Celan, no entiendo cuando se lleva las manos a la cabeza al leer a Hart Crane y su indiferencia por mi Hölderlin.
New York lloverá la próxima semana, lo sé y no hay marchá atrás. Me siento contendo y satisfecho; encuentro interesantes las pequeñas construciones y ceremonias a las que me entregué en esta ciudad, desde ese primer día que me hizo sentir como siempre me siento cuando llego a vivir a una ciudad nueva. Recuerdo todo, recuerdo que nevaba, recuerdo mi primera residencia en el Upper West Side, recuerdo mi amistad con un sinfin de chicos japoneses y coreanos. Recuerdo a Takaomi, a Park (Daniel), recuerdo nuestras aventuras por un Central Park congelado. Y espero que cuando me vaya de New York, no vuelva jamás. Eso espero.
Desde mi cuchitril en Carrol Gardens Brooklyn en New York, con la nieve a todo lo que da y el puto viento helado entrando por la ventana. Un poco cursi y un librote del Cesare Pavese...

Wednesday, February 4, 2009




concentrado en el plan de los últimos pasos, dos resbalones y el ángel guardian dog walker Pépe Grillo o whatever...
Pronto, muy pronto.